y Seham Shahin | miércoles, 11 de julio de 2018
Querida Belén,
‘Nunca olvidaremos’
Nunca olvidaremos el olor del falafel de Afteem, un delicioso olor que está contenido en la alta pared gris que nos rodea y nos sofoca. El mismo muro cuya superficie interna muestra color, imaginación e infunde un sentido de esperanza. Pinturas cortadas a través de la pared, revelando cielos y personas del otro lado. Nuestros ojos trazaron la obra de arte con asombro.
Nunca olvidaremos el recorrido por sus valles donde vimos el hermoso paisaje palestino cubierto de árboles y tierra rica en minerales naturales. Una tierra que es deseable para nuestros ocupantes. Descubrimos focos de asentamientos, uno después del otro. Creciendo y cambiando el color de la tierra. Comenzamos a imaginarnos cómo sería el asentamiento completo del Valle de Cremason.
Nunca olvidaremos al anciano cuyas ventanas de su casa miran hacia la horrible pared. ¿Quién habló sobre sus olivos? Árboles de 70 años de los que alguna vez produjo aceite de oliva y fue una importante fuente de ingresos. Habló de cuándo se talaron sus árboles, se levantó el muro de anexión y se negó el acceso a su propia tierra ancestral. Reflexionó sobre el paradero de sus árboles. Había tristeza en su voz, nuestros ojos estaban húmedos y nuestros corazones pesados. Pintamos árboles de olivos y palabras de resistencia en la pared, proporcionando una visión que habla de esperanza y unidad.
Nunca olvidaremos nuestro paseo por las calles adoquinadas mientras pasamos puertas de color verde pastel a la Iglesia de la Natividad. Belén eres hermosa y nos hace pensar; ¿Por qué el mundo se ha olvidado de ti?
Nunca olvidaremos a su comandante adjunto, que habló con pasión y deseo de un futuro mejor. Nunca olvidaremos a los estudiantes que has criado. Aquellos que hablaron en árabe e inglés con precisión y confianza. Aquellos que nos recibieron en su universidad y nos brindaron una abrumadora sensación de inclusión como jóvenes palestinos, formando conexiones para toda la vida.
Belén, nunca te olvidaremos, así como no has olvidado a tus hijos en la Diáspora.
Volveremos.
Con amor de Seham Shahin y los delegados de 2018 KTH.