Por, Rateb Rabie, KCHS

Desde el 7 de octubre de 2023, he seguido incansablemente tanto los medios occidentales como los árabes, tratando de entender lo que realmente está ocurriendo sobre el terreno. El genocidio en curso sigue sin control, y nadie parece capaz o dispuesto a detenerlo. Los hechos críticos están siendo ocultados, y la verdad se entierra sistemáticamente bajo agendas políticas. ¿Las vidas palestinas importan? ¿Por qué los medios de comunicación continúan creando narrativas que distorsionan la realidad de lo que está sucediendo? En mis reflexiones sobre la situación actual, he llegado a varias preguntas urgentes y busco su opinión para abordarlas:

  1. Netanyahu está dispuesto a luchar hasta que caiga el último soldado estadounidense. ¿Por qué no poner fin a esta locura salvando tanto las vidas de nuestros soldados como nuestros impuestos?
  2. Israel se promociona como la única democracia en el Medio Oriente, sin embargo, está controlada esencialmente por tres hombres: Netanyahu, Ben-Gvir y Smotrich. ¿Dónde está la democracia en un sistema donde tres hombres tienen tanto control?
  3. ¿Cómo puede equipararse el sionismo con el judaísmo cuando hay sionistas cristianos y musulmanes? Esta confusión simplemente desafía la lógica, desdibujando las líneas entre la realidad y la retórica.
  4. Trump hace campaña con banderas israelíes exhibidas prominentemente. ¿Dónde está su lealtad a los EE.UU.? ¿Cómo puede afirmar que va a “hacer a América grande otra vez” cuando su plataforma se alinea más con intereses extranjeros?
  5. El negociador de EE.UU. para el alto el fuego en Gaza culpa a la dirigencia palestina en Gaza por el fracaso de llegar a un acuerdo, pero ¿por qué los otros dos negociadores (Qatar y Egipto) permanecen en silencio? ¿Por qué no dan un paso adelante y dicen la verdad?
  6. ¿Por qué la administración de Biden afirma querer negociar un alto el fuego, pero sigue enviando armas a Israel, sin ejercer una verdadera presión para detener el genocidio? ¿Dónde está la aplicación de los principios estadounidenses—principios basados en la igualdad, la libertad y la justicia para todos? Esta inconsistencia plantea la pregunta: ¿cómo puede EE.UU. predicar la paz mientras alimenta la misma violencia que afirma querer poner fin?